Ayer escuché que hay una razón grande para que lo que está muerto sea enterrado y con los años olvidado.
Que no existe la eternidad más si el final. Que todo, por más bueno que haya sido, tarde o temprano acaba y que es mejor olvidar que se vivió y que el corazón alguna vez sintió.
Que todas las personas que solían ser parte de tu vida y ya no lo son deberían ser tratadas como se hace cuando alguien muere... Le lloras, le entierras, te despides, le lloras un poco más y empiezas a olvidar.
Que quienes nos empeñamos en recordar no somos más que tontos en busca de fantasmas, que si bien, se nos presentan como seres reales, no son más que el reflejo de nuestro miedo a morir para alguien y ser también olvidados.
No sé que tan cierto sea todo eso, sólo sé que hay personas que simplemente no se olvidan, cuyo recuerdo será eterno aunque el tiempo compartido haya sido fugaz; que si otros los nombran fantasmas o los reflejos de mis miedos ha ser olvidada ha de ser porque ellos no han podido reconocer el valor de alguien que comparte su alma contigo. Que a mi me parece muy triste el borrar tu vida sólo porque ahora la compartes con otro entorno; que si yo recuerdo no es por miedo sino porque quienes han sido importantes para mi y ya no están a mi lado me han hecho ser quien soy y olvidarlos a ellos es perder parte de mi.
Ayer escuché mucho pero guardé poco; dejé que alguien me diera su opinión sobre el olvido y mis muertos, y traté de no romper el encanto de tan sincera opinión sobre mis ganas de recordar.
Hoy pienso como ayer, sigo pensando que es triste enterrar y olvidar sólo por querer cambiar. Que hay seres que dejan su huella y que pase lo que pase siempre vivirán en mi. Que no soy del tipo de persona que puede arrancarse un trozo del alma y desecharlo para después reemplazarlo con un nuevo recuerdo que será tan efímero como lo fue el primero. Que prefiero vivir en compañía de mis muertos y sus recuerdos que olvidar y decirle ADIOS a ser quien soy.
Que no existe la eternidad más si el final. Que todo, por más bueno que haya sido, tarde o temprano acaba y que es mejor olvidar que se vivió y que el corazón alguna vez sintió.
Que todas las personas que solían ser parte de tu vida y ya no lo son deberían ser tratadas como se hace cuando alguien muere... Le lloras, le entierras, te despides, le lloras un poco más y empiezas a olvidar.
Que quienes nos empeñamos en recordar no somos más que tontos en busca de fantasmas, que si bien, se nos presentan como seres reales, no son más que el reflejo de nuestro miedo a morir para alguien y ser también olvidados.
No sé que tan cierto sea todo eso, sólo sé que hay personas que simplemente no se olvidan, cuyo recuerdo será eterno aunque el tiempo compartido haya sido fugaz; que si otros los nombran fantasmas o los reflejos de mis miedos ha ser olvidada ha de ser porque ellos no han podido reconocer el valor de alguien que comparte su alma contigo. Que a mi me parece muy triste el borrar tu vida sólo porque ahora la compartes con otro entorno; que si yo recuerdo no es por miedo sino porque quienes han sido importantes para mi y ya no están a mi lado me han hecho ser quien soy y olvidarlos a ellos es perder parte de mi.
Ayer escuché mucho pero guardé poco; dejé que alguien me diera su opinión sobre el olvido y mis muertos, y traté de no romper el encanto de tan sincera opinión sobre mis ganas de recordar.
Hoy pienso como ayer, sigo pensando que es triste enterrar y olvidar sólo por querer cambiar. Que hay seres que dejan su huella y que pase lo que pase siempre vivirán en mi. Que no soy del tipo de persona que puede arrancarse un trozo del alma y desecharlo para después reemplazarlo con un nuevo recuerdo que será tan efímero como lo fue el primero. Que prefiero vivir en compañía de mis muertos y sus recuerdos que olvidar y decirle ADIOS a ser quien soy.