Cuando Me Atrapa La Melancolia...♪

Ha sido uno de esos días en los que me pongo un poco sentimental; quiza porque han pasado muchas cosas a mi alrededor últimamente que me han hecho pensar en quienes son importantes para mi. No cabe duda de que hay que disfrutar cada momento que vivimos porque no sabemos que es lo que el futuro nos depara. Un día eres sumamente feliz con alguien y al día siguiente esa persona descubre que tú ya no eres su felicidad, o pasa también que no le dijiste a algún familiar cuanto lo querías y derrepente escuchas que ha fallecido... no soy del tipo de personas que creen que la felicidad es efímera, pero sí creo que la vida es así; en un momento se nos va todo lo que habíamos planeado y, a veces, ya no hay nada que podamos hacer.

Quisiera poder ver mi vida como en una película y así ver momentos que han sido importantes para mi. Poder volver a ver a mi agüelito Pit cuando nos llevó de pesca a mis hermanas y a mi o cuando fuimos juntos a Puerto Peñasco; poder ver a mi agüelita Lolita sonreir y ver uno de esos momentos en los que me dió uno de esos abrazos que sólo ella sabía dar; estar en la cabaña en Ticuman con mi tía Guille y reirnos mientras jugábamos dominó; volver a ver a mi novio del kinder hahaha; no sé, todas esas cosas bonitas que siempre me harán sonreir.

Si ver mi vida como en una película fuera posible, estoy segura de que habría cierto DVD que pondría una y otra vez, porque hay momentos que no me canso de recordar; momentos que estuvieron llenos de magia, cosas que han sido compartidas en complicidad; cosas que sólo viven en la memoria de quienes estuvieron ahí; días que jamás olvidaré y que atesoraré en mi alma por siempre; cosas que guardo en el cajón secreto de mi memoria porque sé que nadie podría comprender el porque siguen ahí.

Hoy desperté con la nostalgia estacionada a mi puerta y extrañé a muchas personas, sus rostros, su olor; hoy quise revivir momentos que ya se han ido.

Hoy me di cuenta de que lo único que puedo hacer es sentarme a ver la colección de mis recuerdos y darle gracias a Dios por haberme dado la dicha de haber conocido a quienes he amado, por haber tenido ese tiempo compartido y porque sin ellos la magia no habría existido.